La miel de tomillo se cosecha cuando termina la primavera en los colmenares de los Montes de Toledo y durante el verano junto al Parque Nacional de las Hoces del Duratón en Segovia, cuando llevamos nuestras abejas a pasar un verano más fresco.
Se distingue de otras mieles porque su aroma es mucho más intenso y viene impregnada con el aroma característico de la planta. Con un sabor muy dulce pero a la vez delicado, lo que causa fascinación en los amantes de la miel pura de abejas.
Botánicamente el nombre vulgar de tomillo, al que se le pone a veces algún adjetivo como «aceitunero», «cabezudo», «de San Juan», «salsero»…), corresponde a diferentes especies, la mayoría del género Thymus, pero otras de géneros próximos de la misma familia, labiadas (Lamiaceae). La especie más frecuente es Thymus vulgaris.
Los tomillos forman parte de los matorrales secos y soleados de los encinares mediterráneos, en los que pueden ser la especie dominante, formando los tomillares. En ellos suelen estar también otras labiadas: romero, salvia, espliego, rabo de gato, cantueso; algunas leguminosas herbáceas: tréboles, alfalfillas, cornicabras…; otras leguminosas leñosas como las retamas; y otras plantas como las resedas, jaras, jaguarzos…
MARIDAJE
La intensidad y persistencia de sus aromas y gusto hacen que estas mieles sean muy apreciadas por quienes se sienten atraídos por las sensaciones fuertes. Es idónea para combinar con platos cuyos ingredientes aporten también componentes con aromas y gustos notorios a los que se quiera incorporar una parte dulce y con los aromas característicos de estas mieles.
Combina con infusiones fuertes, quesos curados, guisos de carnes, carnes al horno, o postres no ligeros, cuidando siempre de no pasarse en la cantidad empleada.
CARACTERÍSTICAS ORGANOLÉPTICAS:
- Color: ámbar claro.
- Aroma: floral con un toque fenólico, muy intenso y persistente.
- Gusto: dulce con un claro componente ácido.
- Tacto: escasa tendencia a la cristalización.